Muchos ponen las toallas en la lavadora a 30 o 40 grados por ahorro aunque sea un gran error

Muchas personas lavan las toallas a 30 o 40 grados por comodidad o para ahorrar energía, sin saber que están dejando escapar la limpieza real. Los expertos coinciden en que hacerlo a baja temperatura no elimina del todo las bacterias ni los hongos que se acumulan en los tejidos húmedos. 

El resultado es que esas toallas aparentemente limpias pueden convertirse en un foco de malos olores y pequeñas irritaciones cutáneas. Con el paso del tiempo, los lavados suaves solo sirven para perfumar la superficie, pero no para desinfectar. 

Hacerlo a 60 grados

Por eso, la recomendación pasa por superar los 60 grados si se quiere una higiene profunda. Puede parecer un gasto extra, pero es la única forma de garantizar que los microorganismos no sobrevivan.

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Las toallas, por su contacto diario con la piel y la humedad, son especialmente sensibles. Si no se lavan correctamente, conservan restos de sudor y células muertas que favorecen la proliferación de bacterias. La temperatura adecuada no solo limpia, sino que también prolonga su vida útil y mantiene la textura suave.

Por separado

No basta con elegir un programa rápido o económico: cada tejido tiene sus necesidades. Las toallas de algodón, por ejemplo, soportan sin problema un lavado a 60 grados. Además, es mejor lavarlas por separado para evitar que suelten pelusa sobre otras prendas y usar un detergente que combine eficacia y suavidad.

Otro punto clave es el secado. Una toalla que no se seca del todo vuelve a generar humedad y, con ella, el riesgo de malos olores. Si se puede, usar la secadora es lo ideal: no solo mejora la textura, también ayuda a eliminar lo que el lavado no consiguió.

A veces, la sensación de limpieza engaña. Una toalla perfumada no siempre está libre de bacterias. Por eso, más que ahorrar, se trata de cuidar la salud. Ajustar la temperatura y dedicar unos minutos más al lavado puede marcar la diferencia entre una rutina higiénica y un hábito que, sin saberlo, pone en riesgo la piel.

Lavar las toallas a baja temperatura puede parecer cómodo, ecológico y barato, pero termina siendo un error costoso. Unos grados más bastan para asegurar que, al secarte, estés usando una prenda realmente limpia.

Fotos | Toallas

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Muchos ponen las toallas en la lavadora a 30 o 40 grados por ahorro aunque sea un gran error

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Joana Costa

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