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A lo largo de sus 80 episodios, la serie original de ‘Star Trek’ tuvo tiempo para hacer un poco de todo. Clásico televisivo de ciencia ficción por excelencia, sus episodios más interesantes solían ser en los que sus distantes planetas se sentían más cerca de casa. En 1968 se estrenó ‘Los hijastros de Platón’, un episodio de la tercera temporada donde una cruel especie de humanoides ha modelado su civilización al estilo de la Antigua Grecia.
Para la NBC, aquello no era lo más aterrador del episodio, sino el hecho de que dos de sus protagonistas iban a darse un beso por primera vez y no sabían como la audiencia iba a reaccionar. Se trataban de Kirk y Uhura y el problema, vaya por dios, es que eran un hombre blanco y una mujer negra.
La controversia interna cogió totalmente desprevenido a sus implicados, William Shatner y Nichelle Nichols, quienes trataron de explicar a los ejecutivos de la NBC que la serie tenía una perspectiva futurista en la que el racismo no existía. En la Tierra y en los años sesenta, sin embargo, aquello no era algo que la gente estuviese acostumbrada a ver en televisión. El episodio llegó justo cuando el movimiento de los derechos civiles estadounidense estaba en su cima, y el país estaba dividido. Cuando el director David Alexander tuvo que rodar el beso, se le vio realmente incómodo, tanto que paró el rodaje y esperó que interviniera el estudio para cambiar la escena o quitarla.
Para Shatner, que cuyo personaje era raro encontrar a una mujer en la serie a la que no hubiera besado, el problema era totalmente ridículo. Igualmente para Nichols, quien en un momento intentó apaciguar a los ejecutivos proponiendo un beso con Spock en vez de Kirk, y le decepcionó descubrir que al ser alienígena y no humano, al estudio eso le parecía mejor. En última instancia tuvo que intervenir Roddenberry, quien como showrunner trató de mediar proponiendo rodar dos tomas: una donde el beso se viera explícitamente y otro desde otro ángulo donde quedara implícito.
William Shatner, muy pícaro por su parte, se aseguró de arruinar discretamente la toma del beso implícito poniéndose bizco en un momento dado, lo que acabó obligando al estudio a seguir adelante con la toma explícita. ¿La solución de la NBC? De perdidos al río, pensarían ellos, y pasaron de oponerse por completo a promocionar el beso por todo lo alto intentando que, aunque fuera por mera polémica, mejorasen la entonces algo renqueante audiencia.
Lo peor de todo es pensar que se formó un follón de la leche por una escena que no solo no llevó a ningún sitio en la trama de ambos, sino que ni siquiera era un momento de pasión genuino que «hiciese propaganda» de las relaciones interraciales. En la ficción, el beso de Kirk y Uhura sucede totalmente en contra de la voluntad de ambos, ya que están siendo manipulados por la raza alienígena telepáticamente. Vamos, que no había nada por lo que escandalizarse.
Y no solo nadie se escandalizó cuando se lanzó el episodio, sino que el momento acabó haciendo historia de la pequeña pantalla. A día de hoy se considera el primer beso interracial de la televisión, que si bien no es cierto ya que se conocen un par de ejemplos anteriores, fue sin duda el primero más influyente y el que caló culturalmente, sucediendo en una de las series más importantes de su época.
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La noticia
La cadena de ‘Star Trek’ estuvo a punto de cancelar un momento histórico de la televisión, y la culpa la tuvo un simple beso
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Miguel Solo
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