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‘Jurassic World: El renacer’, un espectáculo digno de la saga lastrado por su condición de secuela veraniega diseñada genéticamente para arrasar

todayjunio 30, 2025

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'Jurassic World: El renacer', un espectáculo digno de la saga lastrado por su condición de secuela veraniega diseñada genéticamente para arrasar

Cada vez que un largometraje parece estar emitiendo un discurso que, a priori, es claro cristalino, se me aparece Nacho Vigalondo para poner en duda la lectura que estoy extrayendo de un diálogo, un plano o un giro dramático y recordarme que, como dijo en su momento, «las películas son más inteligentes que los directores y dicen más que lo que dicen sus directores». No obstante, hay casos en los que es complicado pensar que lo que se asemeja a una declaración de intenciones sea algo completamente ajeno al cineasta responsable.

De igual modo, no es en absoluto aleatorio que comience mi crítica sobre ‘Jurassic World: El renacer’ hablando sobre esto. El motivo es un par de líneas en las que sendos personajes, quejumbrosos sobre la pérdida de interés hacia las criaturas del mesozoico por parte del público en el universo de la cinta, aseguran que «a nadie le importan ya los dinosaurios» y que las instalaciones de bioingeniería en las que se ambienta la escena de apertura «se abrieron para crear genéticamente lo que la gente quería».

Ambas frases se antojan lo suficientemente obvias como para sugerir un cariz meta que alude al estado de la franquicia jurásica en la industria y, al mismo tiempo, da un palo al sistema de estudios de un modo similar —aunque de brocha más gorda— al que hizo Ryan Coogler con su espectacular ‘Los pecadores’, dejando claro en este caso que los experimentos para intentar apelar a lo que los ejecutivos consideran como «la gente» suelen ser territorio pantanoso, al menos en lo estrictamente creativo.

Los dos renacimientos

Una vez superados los 135 minutos de la cuarta ‘Jurassic World’ y pudiendo ver el dibujo general perfilado por el director Gareth Edwards, ya especialista en monstruos gigantes, y el guionista David Koepp —que regresa 28 años después de ‘El mundo perdido’—, es complicado no quedarse con la sensación de que ‘El renacer’, casi como el imponente D-Rex sintetizado en un laboratorio, comparte el genotipo de dos producciones diferentes y, en algunos momentos, casi antagónicas. Una de ellas me gusta considerablemente. La otra, desgraciadamente, no tanto.

El primer acto de la película, tras un cold open que grita «cine de terror» a los cuatro vientos con un dinosaurio horripilante, que bien podría ser la enésima mutación del Xenomorfo de ‘Alien’ puesto hasta arriba de anabolizantes, haciendo de las suyas, abre paso a lo que promete ser un cóctel de horror, supervivencia y acción impregnado de un tono relativamente adulto, reforzado por unos personajes con una mayor profundidad —conflictos internos de lo más oscuros incluidos— de la que termina proyectándose en pantalla.

Pero, cuando la historia de mercenarios, farmacéuticas y cambios de ciclo comienza a coger forma, se abre paso a lo que ya no es una subtrama, sino a lo que bien podría ser otra ‘Jurassic World 4’ que se desarrolla de forma simultánea. Esta es una aventura familiar más bienintencionada, con personajes tan blanditos como planos —y uno de ellos concretamente insufrible—, niñas entrañables y saurios monísimos claramente moldeada para atraer a un target de audiencia diametralmente opuesto.

Está claro que el componente para —casi— todos los públicos ha marcado la saga desde sus orígenes—no olvidemos el escabroso PG-13 que nos provocó no pocas pesadillas a los que ya peinamos unas cuantas canas—, pero el equilibrio del que hicieron gala la ‘Parque jurásico’ original y su continuación aquí brilla por su ausencia, haciendo aún más clara la diferencia entre ambos bloques un montaje en paralelo un tanto farragoso y arrítmico que acentúa la incompatibilidad entre propuestas.

Espectáculo sin riesgo

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Por suerte, ‘El renacer’ sabe compensar bien esta inconsistencia tonal y narrativa con un buen puñado de aciertos que afloran de su condición de blockbuster veraniego con un presupuesto generoso, comenzando con la dirección de Edwards, cuya experiencia en el Monsterverse —fantástica su seminal ‘Godzilla’— y en el vasto universo ‘Star Wars’ con la notable ‘Rogue One’ quedan perfectamente reflejadas en la gestión del espectáculo y la escala.

El filme, además de cuando está centrado en los personajes de Scarlett Johansson, Mahershala Ali y Jonathan Bailey, brilla en sus pasajes entregados a la acción y en los volcados en buscar ese asombro que muchos experimentamos con los grandes planos generales de Steven Spielberg, creando setpieces tensas, divertidas y resueltas con habilidad y momentos sobradamente emotivos—genial la escena de la extracción de la segunda muestra al ritmo de John Williams versionado por Alexandre Desplat—.

Todo esto llega envuelto por una brillante dirección de fotografía en 35mm firmada por el veterano John Mathieson que, en última instancia, termina maquillando la falta de valentía de un largo que, en su búsqueda de «crear genéticamente lo que la gente quiere», se ha terminado quedando a medias tras perder la oportunidad de revolucionar tanto a la franquicia como a sus parroquianos de un modo similar al de Danny Boyle en ’28 años después’. Eso sí, no hace falta ser un velociraptor para oler el taquillazo desde lejos.

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La noticia

‘Jurassic World: El renacer’, un espectáculo digno de la saga lastrado por su condición de secuela veraniega diseñada genéticamente para arrasar

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por
Víctor López G.

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Escrito por Redacción Optima

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