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En los inicios del cine, todo el mundo plagió esta película plano por plano. Las copias fueron tan populares que el director tuvo que auto-parodiarla para que pasara la moda

todayagosto 30, 2025

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En los inicios del cine, todo el mundo plagió esta película plano por plano. Las copias fueron tan populares que el director tuvo que auto-parodiarla para que pasara la moda

En los primeros años de la historia del cine, no se llevaba mucho lo del copyright. En un arte que acababa de empezar y que se veía como un truco que pertenecía a las ferias y los vodeviles, los cineastas primigenios no dudaban en copiarse los unos a los otros, casi como si fueran trends de TikTok. Hubo cientos de trenes llegando a la estación, decenas de «regadores regados» y hasta el español Segundo de Chomón rehízo ‘Viaje a la luna’ seis años después en ‘Excursión a la luna’. Pero hay un caso que es aún más flagrante que todos estos: el plagio continuo y sin control del primer gran éxito de la historia del cine.

¡Viajeros al tren!

En 1903, Edwin S. Porter rodó una película de 12 minutos a la que se han atribuido un buen puñado de hitos que, francamente, no son suyos. Se dice que ‘Asalto y robo de un tren’ (‘The great train robbery’) es la primera película narrativa, el primer montaje paralelo, el primer western o incluso la primera vez que se utilizó un primer plano en la historia del cine, pero lo cierto es que hay decenas de muestras anteriores que lo desacreditan. Quizá fue la primera, eso sí, en juntar todas estas innovaciones narrativas con maestría, creando la primera película de acción realmente emocionante y popular.

Porter no era un artista como lo entendemos ahora, sino un machaca de la cámara: a inicios del siglo XX, la clave era producir y producir para poder llenar las sesiones en las ferias, y que los espectadores siempre se encontraran novedades. De hecho, solo en 1903, Porter hizo 59 películas, entre las que se encontraban versiones del cómic ‘Happy Hooligan’ y la novela ‘The Heavenly Twins’, además de aprovecharse de personajes famosos por la época como en ‘Rube and Mandy at Coney Island’. Pero si por algo destacó fue, sin duda, por ‘Asalto y robo de un tren’.

Tuvo un éxito comercial impresionante. Nunca se había visto nada igual: ni ‘Viaje a la Luna’, ni la prohibida ‘El Beso’: todo el mundo quería ver la película en la que, ya fuera al principio o al final (según quisieran los proyeccionistas, porque la escena era intercambiable según el propio guion), el villano miraba a cámara y disparaba al público. Edison Films no solo se embolsó un dineral, sino que su mera existencia fue una excusa perfecta para inaugurar nickelodeons por todo el país, los locales para ver películas que acabaron evolucionando en los cines actuales. En cierta manera, el cine moderno empezó con ‘Asalto y robo de un tren’… En todos los sentidos.

Asalto y robo a otro tren

En aquella primera época del cine se intentaba proteger el copyright a la desesperada, pero a nadie le importaba demasiado. De hecho, Edison Films llegó a enviar un corte de la película a la Biblioteca del Congreso pensando que así nadie tocaría la película (el medio era tan nuevo que lo protegían como si fueran fotografías, ¡no como películas!), lo que no impidió que en años siguientes todo el mundo la copiara a gusto. Hubo decenas y decenas de versiones, incluyendo un remake plano por plano de agosto de 1904 hecho por una productora rival, la Lubin Manufacturing Company.

De hecho, la única manera de diferenciar estos plagios eran los pequeños detalles: por ejemplo, un calendario diferente al de la cinta original o un detalle en el sombrero de los villanos. Para el público era más de lo mismo y se convirtió, muy rápidamente, en un género en sí mismo del que apenas han sobrevivido ejemplos. Sí, dile adiós a tu maratón de plagios de ‘Asalto y robo de un tren’. El agobio con los remakes continuos fue tal que el propio Porter le quiso poner final con una auto-parodia en 1905. Si todo el mundo cree saber hacer lo que tú has hecho, ¿por qué no acabar con todo detonándolo a la fuerza?

‘The Little Train Robbery’ se estrenó en septiembre de 1905 y trataba sobre un grupo de niños que jugaban a rehacer la película con trenes de juguete, y robando dulces y muñecas. Bueno, era la primera parodia de la historia del cine, no iba a ser ‘Agárralo como puedas’. Desde ese momento, el número de películas de atracos a trenes bajaron, como toda moda que se precie, y solo la original pasó a la historia como inicio del cine moderno, primera parodia meta del cine y la historia de plagios más descarada… sin que a nadie le importase un carajo.

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En los inicios del cine, todo el mundo plagió esta película plano por plano. Las copias fueron tan populares que el director tuvo que auto-parodiarla para que pasara la moda

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Espinof

por
Randy Meeks

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Escrito por Redacción Optima

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