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Microsoft es, sin duda alguna, el mayor éxito profesional de Bill Gates. Sin embargo, no muchas personas saben que el secreto de su éxito se basó en algunos fracasos que el millonario cometió antes de fundar la tecnológica.
En su libro autobiográfico, ‘Código fuente: Mis inicios’, Gates revela cómo esta primera experiencia empresarial, cuando apenas era un adolescente, fue decisiva para moldear su visión sobre lo que debía ser Microsoft. Este episodio de la vida de Gates muestra que, incluso los empresarios más brillantes y exitosos, han tenido que tropezar para aprender de sus errores.
En verano de 1972, Bill Gates cursaba su último año de secundaria, mientras que Paul Allen estaba ya en la universidad. Ambos se habían conocido en el club de computación de la escuela. Eran inexpertos y apenas habían hecho unos pocos proyectos de programación para la escuela o para colaborar en proyectos con sus profesores.
Sin embargo, se les presentó la oportunidad de codificar y procesar datos de telemetría del tráfico de Alburquerque mediante cintas de papel perforadas, por lo que ambos amigos unieron esfuerzos y fundaron Traf-O-Data.
El propio Gates se describe en el libro como un «sabelotodo malcriado» que a menudo respondía con sarcasmo y desdén con un: «Eso es lo más estúpido que he oído». Una frase que, quienes han trabajado con el magnate en algún momento de su carrera al frente de Microsoft, seguro que ha escuchado en más de una ocasión.
Teniendo eso en mente, la experiencia que le proporcionó Traf-O-Data, aunque fallida, le sirvió como aprendizaje para alguien que se ha definido a sí mismo como autodidacta. Ambos compañeros de la escuela, crearon una máquina equipada con un microprocesador Intel 8008 de 360 dólares que permitía automatizar la lectura de las cintas de papel que contenían los datos de tráfico para digitalizar esa información.
Aunque la idea parecía prometedora, la compañía no logró ser rentable. Como recordaba Paul Allen en un artículo de Newsweek, «Traf-O-Data era una buena idea con un modelo de negocio deficiente. No se nos había ocurrido realizar estudios de mercado y desconocíamos lo difícil que sería conseguir financiación de los municipios». En 1975, consiguieron facturar casi 17.000 dólares. Lo cual no estaba mal tratándose de un par de jóvenes inexpertos. Según Paul Allen, se mantuvo operativa hasta 1980, fecha en la que ya registraba unas pérdidas anuales de 3.494 dólares.
Este primer fracaso empresarial, lejos de desanimarlos, les sirvió como laboratorio de pruebas donde aprendieron importantes lecciones sobre el mercado, la gestión de proyectos y la importancia de la innovación constante. «Traf-O-Data sigue siendo mi error favorito porque me confirmó que cada fracaso contiene la semilla del próximo éxito», recordaba Allen.
Gates aseguraba en su libro que aprendió que no basta con tener una buena idea, sino que es crucial contar con un modelo de negocio sólido y un objetivo de negocio bien definido. La experiencia con Traf-O-Data les enseñó a identificar las necesidades reales del mercado (la digitalización de los datos de las cintas de papel) y a desarrollar soluciones que realmente marcaran la diferencia (la máquina que procesaba la información), habilidades que forjarían los cimientos sobre los que se levantaría Microsoft.
La aventura de Traf-O-Data, también fue un aprendizaje nivel personal para Gates, un tanto torpe en cuanto a habilidades sociales. Antes de desarrollar la máquina con el procesador, Gates y Allen contrataron a un grupo de estudiantes de Lakeside más jóvenes que ellos para que transcribieran a mano los datos de las cintas. Les pagaban a cincuenta centavos por cada cinta.
Después, Gates y Allen iban a la biblioteca de la Universidad de Washington y utilizaban el ordenador de la universidad para procesar esos datos y generar los gráficos de patrones de tráfico que se habían registrado las cintas.
Eso les enseñó a trabajar en equipo, a tomar decisiones rápidas y a adaptarse a los cambios del entorno para mantenerse en su objetivo. Más adelante, crearon su propio sistema de procesado, lo que les permitió cobrar dos dólares diarios por la digitalización de los datos, así como expandir su área de negocio a otros organismos gubernamentales de los estados vecinos a Seattle.
El propio Gates explicó a los jóvenesque se iban a graduar en la Universidad de Arizona del Norte que los errores son una parte fundamental del proceso de aprendizaje y que no hay que tener miedo de cometerlos. Traf-O-Data fue la semilla de lo que hoy es Microsoft.
Imagen | Flickr (World Economic Forum)
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La noticia
El primer negocio de Bill Gates fue un fracaso: ahí aprendió todo lo que necesitaba para construir el imperio de Microsoft
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Xataka
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Rubén Andrés
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