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Cuando llega octubre, las plantas sienten antes que nadie el cambio de estación. Los días se acortan, el sol se inclina y el aire empieza a enfriarse. En ese vaivén de temperaturas, el jardín se convierte en un pequeño laboratorio de adaptación. Y, como explica Ignacio Guío, paisajista y creador de contenido conocido como Chico Plantas en redes, el truco está en no precipitarse.
En sus redes, Guío recuerda que el otoño no es una sentencia de muerte vegetal, sino una fase de reajuste, y avisa: «En octubre hay que cambiar algunas plantas de sitio, sobre todo si la temperatura mínima baja de 15 ºC, pero hay que hacerlo poco a poco». Cambiar las macetas de sitio puede parecer una tarea rutinaria, pero hacerlo mal puede causar un auténtico estrés térmico a las plantas más delicadas.
A partir de los 15 grados de temperatura mínima, muchas especies tropicales y mediterráneas comienzan a resentirse. Sin embargo, Guío insiste en que no basta con meterlas en casa de un día para otro, sino que hay que hacerlo gradualmente. Una transición suave evita la caída de hojas, la pérdida de color o incluso el colapso de raíces.
La ubicación lo es todo Durante el otoño, la luz natural se reduce, y eso afecta directamente al desarrollo de muchas plantas. Algunas agradecerán seguir recibiendo sol directo unas horas más; otras preferirán la semisombra. Guío sugiere mover las macetas unos metros cada semana hasta encontrar su nuevo equilibrio lumínico. El secreto está en observar antes de actuar.
Las plantas de interior tampoco escapan a este reajuste. Con menos horas de luz, conviene acercarlas a las ventanas o espacios bien iluminados. Los ficus, por ejemplo, lo agradecerán. Las especies más resistentes, como las tradescantias o sansevierias, pueden quedarse donde están. Guío recuerda que cada planta tiene su propio mapa de luz, y entenderlo es parte del proceso.
No se trata de reorganizar todo el jardín, sino de hacer movimientos estratégicos. Acercar las macetas a una pared, colocarlas bajo un porche o protegerlas del viento puede marcar la diferencia. Además, Guío recomienda retirar los platos donde se acumula agua, ya que el exceso de humedad puede causar pudrición radicular en cuestión de días.
Octubre puede ser buen momento para trasplantar, pero solo si las temperaturas lo permiten. Guío aconseja revisar las raíces y usar una mezcla al 50% de sustrato universal y material drenante, adaptando la proporción según las necesidades de cada especie. Las suculentas, por ejemplo, agradecen hasta un 80% drenante, lo que mejora la aireación y evita el exceso de agua.
El error más común del otoño es seguir regando como si fuera verano. Con la bajada de temperaturas, la evaporación disminuye y el suelo retiene más humedad. Guío sugiere espaciar los riegos a una o dos veces por semana, y revisar los sistemas automáticos para evitar encharcamientos. Un exceso de agua en octubre puede ser más letal que un frío moderado.
En jardinería, la prisa es mala consejera. La consigna es no cambiar todas las plantas, solo las que lo pidan. Su recomendación final es sencilla pero eficaz: proteger las más sensibles del viento, ofrecer buena luz y, sobre todo, dejar que se aclimaten poco a poco. Cada otoño es una oportunidad para entender mejor a nuestras plantas.
Fotos | Pexels
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La noticia
El jardinero Ignacio Guío avisa: «En octubre hay que cambiar algunas plantas de sitio, sobre todo si la temperatura mínima baja de 15 ºC, pero hay que hacerlo poco a poco»
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por
Joana Costa
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Escrito por Redacción Optima
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