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Optima97.com Optima 97.7 FM | La Gigante de Nagua
Cuando el espacio aprieta, la cocina suele ser la primera en notarlo. Esta estancia, que durante años ha ido escalando posiciones como centro de la vida doméstica, rara vez recibe los metros que desearíamos. Por eso, cuando llega el momento de reformarla, cada centímetro cuenta más que el anterior.
Así, antes de tomar decisiones conviene entender qué condiciona realmente su comodidad diaria. Albert Jané, director técnico de Aquí tu Reforma, lo resume con la frialdad práctica del oficio: una cocina pequeña no se salva con estética, sino con una estrategia previa.
Su recomendación pasa por establecer un ancho mínimo de 2,20 metros para que una distribución en U o en paralelo resulte cómoda y transitable. «Para que una cocina pequeña funcione, la distribución en paralelo o en U necesita al menos 2,20 metros de ancho», dice.
Por debajo de esa medida, los movimientos se vuelven torpes, los recorridos se alargan y todo lo que debería fluir acaba convirtiéndose en un pequeño obstáculo diario, más cuando coinciden varias personas en el mismo espacio.
La clave, señala el experto a El Mueble, está en definir este espacio mínimo para que la cocina sea un espacio suficientemente habitable. De este modo, primero hay que definir los dos núcleos que mandan: la zona de cocción y la zona de aguas.
Su colocación marca el ritmo de uso, los desplazamientos y hasta la seguridad. Solo una vez resuelto ese eje principal tiene sentido organizar el resto: armarios, despensa y superficies auxiliares.
Esta jerarquía de prioridades ayuda a evitar errores comunes, como colocar almacenaje en zonas incómodas o sacrificar el espacio de trabajo por un detalle decorativo. Según señala, si aparte del espacio mínimo estos tres puntos están bien ubicados (fuego, agua y almacenaje) la cocina funcionará, por pequeña que sea, resume Jané.
Dicho esto, cuando uno se enfrenta a un espacio pequeño que no puede ampliar de ningún modo, el resultado final no depende tanto de los metros cuadrados como de que cada uno de ellos esté utilizado con criterio.
Y, dentro de esa lógica, la cifra de los 2,20 metros adquiere sentido: no es un capricho técnico, sino el margen que permite moverse, abrir puertas, cocinar y recoger sin que la cocina parezca un embudo. Una medida pequeña en apariencia, pero decisiva en pisos donde cada detalle se nota.
Si el objetivo es hacer que una cocina reduzca sus tensiones y gane en utilidad, conviene empezar justo por ahí: entendiendo qué exige de verdad su arquitectura antes de decidir qué estilo le pondrá la guinda.
Más allá de los consejos que hemos leído de este profesional, hay otras pautas que desde Decoesfera podemos darte a la hora de reformar una cocina pequeña:
Distribución inteligente: Elegir el tipo de distribución es clave. Una cocina en L permite aprovechar las esquinas y deja espacio libre en el centro para moverse sin problemas. Si el espacio es muy estrecho, la cocina lineal, con todos los elementos en una sola pared, facilita el paso y mantiene todo a mano. Para quienes tienen al menos 2,2 metros de ancho, una cocina en U compacta ofrece la ventaja de múltiples superficies de trabajo y almacenamiento, sin perder funcionalidad.
Mobiliario funcional: Optimizar el espacio pasa por escoger muebles que trabajen por nosotros. El almacenaje vertical, con armarios hasta el techo y estantes abiertos, ayuda a mantener todo ordenado y visible. Los muebles multifunción, como cajones con compartimentos internos, taburetes que se guardan bajo la encimera o mesas plegables, multiplican las posibilidades. Integrar electrodomésticos como lavavajillas o microondas permite liberar superficie útil y mantiene la cocina despejada.
Iluminación y color: Los colores claros, como blancos, beiges o tonos pastel, amplían visualmente la cocina. La iluminación uniforme es igual de importante: luces bajo los armarios y focos dirigidos a las zonas de trabajo crean un ambiente luminoso y práctico. Las superficies reflectantes, ya sea en encimeras o frentes de cristal, refuerzan esta sensación de amplitud.
Encimeras y espacios de trabajo: Aunque la cocina sea pequeña, es posible ganar superficie de apoyo. Encimeras extendidas, incluso con un pequeño saliente, pueden funcionar como mesa de desayuno o espacio extra para preparar alimentos. Si hay un hueco libre, un carrito sobre ruedas aporta almacenamiento adicional y se puede mover según se necesite, funcionando casi como una mini isla adaptable.
Organización y orden: Mantener la cocina despejada facilita el día a día. Evita saturar la encimera con utensilios; los colgadores y ganchos ayudan a mantener todo a mano sin ocupar espacio. Sistemas de extracción y almacenaje, como cestas extraíbles, especieros giratorios o bandejas deslizantes, permiten aprovechar cada rincón del interior de los armarios y mantener todo perfectamente organizado.
Foto | Pexels / @aquitureforma
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La noticia
Albert Jané, arquitecto: «Para que una cocina pequeña funcione, la distribución en paralelo o en U necesita al menos 2,20 metros de ancho»
fue publicada originalmente en
Decoesfera
por
Joana Costa
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Escrito por Redacción Optima
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