No basta con regar menos: esto es lo que indiscutiblemente necesitan en otoño las plantas de interior

Con la llegada del otoño, muchas plantas de interior comienzan a resentirse. Los días se acortan, la luz disminuye y los radiadores calientan el aire, creando un entorno menos favorable para su desarrollo. En esta época del año no basta con regar: hay que adaptar los cuidados para que sigan creciendo fuertes y sanas hasta la primavera.

Uno de los factores más importantes es la luz. Con menos horas de sol, las plantas reciben menos energía para realizar la fotosíntesis. Colocarlas cerca de una ventana luminosa o recurrir a lámparas LED específicas puede marcar la diferencia. Algunas especies, como la flor de flamenco o la palma areca, necesitan más intensidad lumínica que otras, pero todas agradecen un rincón bien iluminado y sin corrientes frías.

Limpiar la planta

La limpieza de las hojas también resulta esencial. El polvo acumulado actúa como un filtro que impide el paso de la luz, reduciendo la capacidad de la planta para nutrirse. Pasar un paño húmedo de vez en cuando o pulverizar con agua sin cal es suficiente para devolverles su brillo y mantener los poros despejados. Un gesto simple que puede mejorar notablemente su vitalidad.

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Comprobar la humedad

Otro aspecto clave es el riego. En esta estación, las plantas consumen menos agua porque su crecimiento se ralentiza. Conviene comprobar la humedad de la tierra antes de regar y reducir la frecuencia para evitar el exceso de humedad, uno de los errores más comunes. El truco de siempre —introducir un dedo o palillo en la tierra— sigue siendo el método más fiable.

Cuidado con la calefacción

El aire seco de la calefacción también pasa factura. Provoca la caída de hojas y un ambiente poco saludable para las raíces. Para evitarlo, se pueden colocar humidificadores, bandejas con piedras volcánicas o vasos decorativos que mantengan un pequeño espacio de aire entre la maceta y el suelo. Además, ventilar en los días húmedos ayuda a equilibrar la temperatura y a prevenir hongos.

Menos abono

En cuanto a los fertilizantes, en otoño e invierno es recomendable reducir su uso. Las plantas crecen más despacio y no necesitan tanto aporte de nutrientes. Abonar de más puede ser contraproducente, por lo que bastará con aplicar una dosis ligera cada varias semanas o incluso esperar hasta la primavera.

Atención plagas

Las plagas también encuentran en el aire cálido un entorno ideal. Cochinillas, ácaros y pulgones pueden aparecer sin previo aviso. Ante los primeros síntomas, es aconsejable limpiar las hojas con agua jabonosa o pulverizar con productos naturales. Si la infestación avanza, se deben retirar los brotes afectados para evitar que se extienda.

Cuidar las plantas en otoño no requiere grandes esfuerzos, pero sí observación y constancia. Vigilar los cambios de color en las hojas, ajustar el riego y garantizar una buena iluminación son los tres pilares básicos. Con estos cuidados, tus plantas de interior no solo sobrevivirán al invierno: llegarán a la primavera más verdes y fuertes que nunca.

Foto | Pexels

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Joana Costa

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