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El invierno suele asociarse con paisajes apagados y jardines sin vida. Sin embargo, no todo queda en silencio cuando llegan las bajas temperaturas: algunas especies logran brillar incluso en medio del frío más intenso.
Estas plantas invernales poseen una resistencia especial que les permite desafiar el clima adverso, manteniendo su vitalidad cuando otras se marchitan. Sus flores y follajes se convierten en protagonistas discretos, pero constantes, de los meses más duros del año.
Más allá de sobrevivir, aportan un color vibrante al espacio exterior. En jardines, terrazas o balcones, sus tonalidades rompen con la monotonía invernal y ofrecen un recordatorio de que la naturaleza siempre encuentra formas de expresarse, aun en los días más grises y plomizos.
La lavanda perfumada (Lavandula angustifolia), originaria de zonas mediterráneas, demuestra una sorprendente adaptación: puede resistir hasta –15 °C si está bien aclimatada. No solo mantiene su característico aroma, sino también su floración violeta y su estructura vegetativa en invierno, gracias a compuestos antioxidantes inducidos por el frío.
Primero, la hortensia resistente (Bergenia crassifolia) florece entre finales del invierno y comienzos de la primavera con copas rosas encantadoras. Sus hojas, en ocasiones rojizas por el frío y de porte compacto, son ideales para borduras sombreadas o macetas pequeñas. Su tolerancia al frío está respaldada por más de genes que activan vías hormonales para sobrevivir en ambientes extremos.
Luego encontramos el jazmín amarillo (Jasminum mesnyi), con flores que resaltan en amarillo brillante durante el invierno. Aunque carecen de fragancia, su follaje perenne y sus ramas arqueadas lo hacen perfecto para cubrir muros o cercos. La aplicación de metil jasmonato mejora su resistencia al frío, aunque se aconseja protegerlo de heladas fuertes y usar suelos bien drenados.
Otro clásico es la hiedra resistente (Hedera helix), una planta trepadora que conserva su verdor incluso con escasa luz y bajas temperaturas. Prefiere ambientes con luz indirecta, riego semanal en invierno y suelos neutros o ligeramente ácidos. Su adaptación al frío se ve fomentada por días cortos e iluminación tenue.
La orquídea elegante (Phalaenopsis amabilis), también llamada orquídea luna, muestra flores blancas de gran duración durante todo el año, incluso en climas templados. Es ideal en interiores donde reciba luz indirecta y buena humedad. Requiere sustrato de corteza y riego moderado, favoreciendo su belleza ornamental invernal.
Para que estas especies prosperen en invierno, es fundamental brindarles cuidados ajustados a sus requerimientos. Primero, asegurar un sustrato aireado con buen drenaje —clave para la lavanda—, respetando el pH adecuado.
También es crucial realizar un riego equilibrado: semanal para especies como la hiedra y la lavanda, y moderado para el jazmín, que requiere suelos fértiles; mientras que la orquídea necesita humedad constante sin encharcamientos.
Asimismo, combinar exposición correcta: la lavanda y la hiedra toleran bien la luz tenue, mientras que la orquídea prefiere sombra parcial o luz indirecta. Evitar cambios bruscos de temperatura es clave para mantener su floración y vigor durante toda la temporada fría.
Foto | Montypeter, Freepik, DejaVu Designs, jcomp, Pixabay, Sóc Năng Động
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La noticia
Cinco plantas con flores en invierno que sobreviven al frío y tiñen de color tu jardín todo el año
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por
Joana Costa
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Escrito por Redacción Optima
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