La propietaria de este patio estaba aburrida de su aspecto poco llamativo, pero esta transformación lo ha convertido en un oasis paradisiaco

El aspecto de nuestro patio, terraza o jardín no importa, hasta que llega el verano y queremos disfrutar en él de los mejores ratitos en familia o con amigos. Durante años, este patio fue una extensión totalmente olvidada de la casa. Un suelo de cemento sin limpiar, un porche totalmente desaprovechado y una antigua barra que ya no cumplía más función que espacio de almacenamiento para trastos viejos.

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Nadie daba un duro por este patio abandonado pero su propietaria lo reformó y acabó teniendo un rincón espectacular, moderno y colorido

Pero lo que antes era un espacio frío y mal aprovechado, con un poco de empeño se ha convertido en un auténtico oasis paradisiaco. Su propietaria, cansada de tanto gris, se propuso cambiar por completo la energía de este lugar. El resultado es un auténtico oasis mediterráneo, lleno de luz, color y mucha vegetación.

Un rincón espectacular que parece sacado de una postal

La primera transformación (y la más visual) fue el suelo. El cemento desapareció para dar paso a un césped artificial de alta calidad, suave al tacto y visualmente impecable. Solo este gesto convirtió el patio en un espacio más amable, natural y acogedor. El verde bajo los pies trajo una nueva vitalidad, y se convirtió en el lienzo perfecto para lo que vendría después.

Las paredes también jugaron un papel fundamental. Se pintaron en dos tonos: blanco puro para ampliar visualmente el espacio y verde profundo en la zona de las celosías, creando una sensación envolvente y fresca. Las celosías de madera se combinaron con listones 3D en acabado natural, aportando textura, calidez y un estilo contemporáneo sin perder la conexión con la naturaleza.

Pero el nuevo patio no solo se ve bien de día. Durante la noche, una cuidada iluminación transforma el ambiente por completo. Se instalaron focos de luz cálida, estratégicamente distribuidos entre las plantas y en las estructuras verticales. Así, el espacio adquiere un aire íntimo, casi mágico, perfecto para cenas al aire libre o reuniones relajadas.

En cada rincón crece ahora la vida. Las plantas en distintos niveles crean una atmósfera selvática y fresca. La vegetación, además de decorar, refresca y suaviza la arquitectura del espacio, haciendo olvidar que estamos en un entorno urbano.

Uno de los cambios más sorprendentes, ha sido la reconversión del porche. Lo que antes era una zona desaprovechada y algo sombría, hoy alberga un encantador minibar de exterior, construido a medida con materiales resistentes y con un diseño sobrio, pero elegante. Una barra bien iluminada y algunos estantes discretos completan este rincón que invita a compartir en familia junto a la zona de comedor pensada para el disfrute.

Fotografías | Vía @idalimesta

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La propietaria de este patio estaba aburrida de su aspecto poco llamativo, pero esta transformación lo ha convertido en un oasis paradisiaco

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por
María Lancha

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